Tu lápiz de ternuras

Tu lápiz de ternuras
se hincó en mi ojo bestial y magro
mi ojo de Guliver insuficiente
disolvió mi defensa
de dientes secos y recuerdos amargos
punzó mi estómago que rumía venganza

por eso te besé y me encaramé en tu poesía
me aferré al fluido de tu lengua luminosa
y monté
un lujo tu carne galopaba con azul delicia
llevábamos a cuesta nuestra suave
propia
enloquecedora
telaraña del deseo…

Cuerpo a cuerpo
nos sorprende el cansancio
anónimo y postrero
de la noche.

Roma