La mentira, solo la mentira y nada más que la mentira

Lo poco que queda es hacer en estas circunstancias es que quienes ya te apoyan lo hagan enardecidos, izando banderas, enarbolando palos y agitando consignas, que no falten al a cita ciudadana, que traigan a sus parientes, amigos y vecinos. Y para eso no hay que convencer con la verdad, sino con la palabra.

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