Para tu cumpleaños

La sal de la vida te pesa:
ataúdes de piedra
máscaras demoníacas
que una mano torva cosió a tus labios
tu entrecortado sollozo
interrumpe la función de la noche
las luces se encienden
la gente murmura
quizás le escandalice
quizás le intrigue
buscar en las miasmas
con sus linternas de luna
al causante de la llaga del incesto
al eunuco con cara de hombre
y tu agonía.

Sueñas sopla verde
duende verde ardillita del deseo
las manos del viento plasman rostros
que te abrazan o te atacan
o su cara malvada de arena
que se reconstruye sin esfuerzo
y te persigue.

Gesto brevísimo
de quien no quiere despertar
por  este pórtico
quien llora en silencio
su conmemoración porque está viva
no quiere dormir
porque repercuten reverberan
los malos sueños
recurren a trucos de poetas pordioseros
para volver y atizarte
sin escudo ni palabra
ni cruz existente o antorcha
que los ahuyente o apacigue
o devuelva al dominio de los sueños
con un suspiro de alivio
que arribe con estampido
y caiga entonces sábana gigantesca
desde el techo del cielo
y ah nos salvamos.

Tu lengua pegada al deseo
cierras los ojos te tocas
y mi media sonrisa
acaricia tu media hilera de dientes
y regalas el cuello y yo el verbo de mi frente.

Ultimo de los potros de la cuadra
avejentado desde el mismo abismo
de mi propia miseria
me revuelco en el osario
de mi fortuna
me confundo
porque la cara en mi espejo se desintegra
acaricio y beso
el arroyo de tu vena solitaria
que se examina
irriga el bosque quemado
florecido de tus brazos
tu imagen oscura
que piensa en el carnet de estudiante
las púas que siembras
y que arrancas de tus labios.

Y ardemos juntos amor mío vida mía
en la fría y dulce necedad de la penumbra
que aún flota entre nosotros.