Lemas y consignas
Saturday, December 6th, 2008
13 de abril de 2006
Las marchas multitudinarias de los inmigrantes se expanden por todo el país. Rompen récords de asistencia y participación política.
Los lemas y consignas de nuestra gente en la calle son despliegues de ingenio y creatividad. Te cuentan de tendencias, raíces, orígenes de las ideas, los sentimientos y necesidades. Seguirlas es trazar la historia cultural de nuestra época. Cuando gritan “Sí, se puede” hasta desgañitarse, repiten con un nuevo significado un grito de batalla que Cesar Chávez había adoptado cuarenta años atrás, y que se vocea hasta en los partidos de futbol. La necesidad de apelar a los angloparlantes llevó a traducirlo y a reemplazar el colectivo “se” por “tú”: “Yes you can”.
Está “El pueblo unido, jamás será vencido”, que caracterizó un sinnúmero de manifestaciones en Latinoamérica, pero matizado: intercambian “pueblo” por “raza” e “inmigrantes”.
La batalla por las banderas es decisiva. De allí las exhortaciones casi desesperadas de dejar los estandartes mexicanos en casa, para no dar argumentos a los antiinmigrantes. Como si éstos los necesitasen. Para recalcar que somos de aquí, surgió el somos América, pero en inglés: “We Are America”. Algo doblemente cierto, porque alude tanto al Continente como a la popular manera de llamar este país, a falta de otro nombre. Abundan los pedidos de amnistía y derechos para todos los inmigrantes. Finalmente, el “Hoy marchamos, mañana votamos”, contiene una promesa y una advertencia: volveremos y seremos millones.
La mayoría de los carteles están en inglés. Una pareja afroamericana en Los Ángeles enarbola el: “What the world needs is love”. En Costa Mesa son desafiantes: “It’s our continent, stupid minutemen”. Avaley García de Belle Glade, Florida, afirma “We are hard workers”. Tiene 14 años. En Atlanta, Georgia, Mariela Cáceres escribe en una cartulina: “We love USA, let us stay here, please. We are good people. All we want is to work!” En la capital del país, una mujer garabatea emocionada: “I have a dream that some day Latinos will get the rights and respect we deserve”. En Jonesborough, Tennessee: “I Just want to work to make a living”. La firma abajo: “Mexican power”.
De los lemas en español, el poético: “Si porque soy mexicano/ dicen que soy ilegal/ revisa la historia real/ porque estoy en mi tierra natal”. Un angelino en silla de ruedas afirma: “Los derechos de los inmigrantes son derechos humanos”. Una señora en San Diego es totalmente bilingue: “It’s nada without mexicanos”. En Lincoln, Nebraska: “Esto es un tema social, América, tierra de oportunidades”. En Garden City, Kansas, el muy expresivo “Ya basta”. “Legalización, la solución” en Washington, D.C. Desde Houston, Texas: “Vamos a encontrar soluciones para todos”. En Harlingen, Texas: “Nosotros alimentamos a este país”. En Fresno, California, donde jamás antes habían marchado 12 mil personas: “Unidos los mexicanos por un solo sueño”; y “Familias contra la HR4437”.
De vuelta en Los Ángeles: “Estamos llegando, Bush esta temblando” y “Bush escucha, estamos en la lucha”. “Soy taxista, no terrorista”, “Nosotros no cruzamos, la frontera nos cruzó”. “Minuteman, come and do my dirty job!”
Carteles en chino y coreano nos recuerdan que ésta es una cuestión multicultural, política, no exclusivamente latina.
Muchos protestaban la cláusula de la moción de ley HR4437 que haría de la indocumentación un delito grave: “Todos fuimos ilegales”, “No somos criminales, somos trabajadores”, “EU fue hecho por inmigrantes y ya”. Multitud de formas de expresión, imágenes variadas. Pero en decenas de ciudades, el mismo propósito, el mismo espíritu.