Latinos y republicanos

11/23/2004

Si los demócratas del estado creen que el voto de los latinos está asegurado, en dos o cuatro años podrían despertarse a una amarga realidad.

De hecho, si se cumple lo que pronostican algunos expertos y lo que prometen los latinos del partido republicano de California (CRP), entre 2006 y 2008 los hispanos, con sus propias manos, podrían hacer que el estado caiga en manos del GOP.

En las recientes elecciones presidenciales, subió el voto latino por el presidente Bush en todo el país y también en California, donde llegó a casi un tercio . Más aún: los hispanos del estado incrementaron su apoyo a los republicanos a un ritmo cuatro veces más rápido que los no latinos.

Como la población blanca del estado -que constituye el 65% del electorado- favoreció a Bush por 52% a 47%, de no haber mediado el voto de afroamericanos, asiáticos y latinos los republicanos hubieran ganado California, con sus 55 electores, el 20% de lo requerido para ganar la presidencia, ya en 2004.

“Estos números [en California] pueden ser el indicio de un realineamiento político subterráneo de la comunidad a largo plazo. Es racional pronosticar mayor crecimiento hacia el Partido Republicano, es matemática”, explica a La Opinión Luis Vega, quien fue candidato republicano a congresista en Los Angeles en 2004 y 2002. “En 2006 habrá otra vez elecciones, pero ya no contra Bush, sino a favor de Schwarzenegger”, agrega, asegurando que ello pinta bien para su partido.

Que quede claro: en California, los latinos siguen votando por una gran mayoría por los demócratas. Constituyen la tercera parte de la población y el 14% del electorado californiano. En parte gracias a ello, los demócratas poseen la mayoría en la Asamblea, el Senado estatal, y todos los puestos electivos con la importante excepción del de gobernador, ocupado desde hace un año por el ex actor Arnold Schwarzenegger.

Sin embargo, un análisis del voto y de los sondeos posteriores a los comicios, así como impresiones de activistas y expertos consultados, lleva a concluir que esta mayoría no está asegurada.

A esto se agrega el análisis del voto latino a escala nacional, donde la mayor parte de las encuestas informaron que el apoyo a Bush subió al 44%, contra 35% cuatro años atrás.

El efecto 187

Según encuestas del Los Angeles Times, un 31% de los latinos de California favorecieron en esta elección a Bush y 68% a Kerry, un aumento de 8 puntos porcentuales respecto al 2000. En cambio, en el total de la población de votantes californianos, el apoyo al candidato republicano subió sólo en 2.5 puntos porcentuales: del 41.7% al 44.3%. Y comparado con 1996, los números republicanos entre los latinos de este estado mejoraron mucho más: en 14 puntos. El aumento señala pues, a largo plazo, una tendencia inequívoca de crecimiento republicano: más entre latinos que para el resto.

Para el analista Sergio Bendixen, se podría tratar entonces del fin de la reacción latina a la Proposición 187, que en 1994 impulsó el entonces gobernador republicano Pete Wilson y que intentaba anular la mayor parte de los beneficios sociales de los indocumentados.. Aunque esta ley fue mayormente declarada constitucional, los latinos reaccionaron haciéndose ciudadanos en números récords y respaldando a los demócratas. “En los 90 era mortal votar para los republicanos después de la 187. En el ’98 Davis barre con el voto latino. En el 2000 Gore gana cuatro por uno [entre latinos]”, dice Bendixen a La Opinión.

“Comienza en este momento la recuperacion republicana y aumenta con Arnold Schwarzenegger”.

En ningún bolsillo

Lo que nadie duda es que para los latinos el voto de 2004 creó la idea de que no están en el bolsillo de ningún partido y constituyen un voto flotante.

El Consejo Nacional de la Raza (NCLR), en un reciente documento, concluye que según todos los sondeos, existe un aumento nacional, de entre 7 y 9 puntos porcentuales en el voto latino. “La señal al partido republicano es que capturó la atención y que tiene de dos a cuatro años para demostrar que está dispuesto a apoyar a la comunidad hispana y a definir qué es. ¿Va a dirigir la agenda antiinmigrante o tendrá un liderazgo que abra las puertas del partido?”, plantea Clarissa Martinez de Castro, Directora de Políticas Públicas en NCLR en entrevista telefónica.

Por otra parte, los cambios en el voto latino no son universalmente reconocidos como favorables al GOP.

“No creo que haya habido un aumento real [en el voto republicano de los latinos]”, refuta el senador estatal demócrata Gil Cedillo. “Me sorprenderíá que hubiese habido un incremento en el voto para el Presidente [Bush], aunque él ofreció un acuerdo de inmigración y atrajo a su administración a muchos republicanos brillantes”.

“La integración de latinos republicanos por parte de Bush es casi digna de alabanza”, dice Cedillo a La Opinión, quien agregó que por otra parte “Kerry rechazó las licencias de manejar” [para indocumentados].

La diversificación en el voto latino y su consiguiente aumento de apoyo al candidato republicano podría dar por tierra con la creencia de los demócratas de que la diversidad demográfica obra en su ventaja, es decir que cuanto más inmigrantes, mejor para sus candidatos. Estados Unidos es un estado cada vez menos blanco, y los pilares del futuro -razonaban- son los estados con fuerte población latina e inmigrante en general. El tiempo, según esta premisa, obra en favor de los demócratas.

Pero si los republicanos lograron revertir la agenda electoral y convertir la votación en una expresión de preferencias religiosas y morales en lugar de una decisión política o de un referendo del presidente, la premisa se podría poner cabeza abajo. El tiempo, entonces, obraría quizás en favor de los republicanos y su proyecto de un gobierno permanente.

El CRP

¿Qué es el partido Republicano de California (CRP)? ¿Está preparado para una “latinización”? ¿Quiénes son sus líderes?

Para sus activistas hispanos, el acceso a puestos de influencia, los nombramientos de latinos a posiciones clave, constituye una prioridad preferencial y es visto como el camino para aumentar el caudal electoral. Pero de ser así, están aún lejos de corresponder al futuro venturoso que envisionan.

Varias de las figuras principales de los latinos republicanos pasaron a formar parte de la administración Bush, entre ellos Rosario Marín ex alcalde de Huntington Park y nombrada por el presidente Tesorera federal; Héctor Barreto, ex presidente del Latin Business Association y quien actualmente dirige la Oficina de Pequeños Negocios (SBA) en Washington, Rubén Barrales, ex supervisor del condado San Mateo y luego subasistente del presidente y director de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales; Josh Valdez, representante de la secretaría de Salud para el oeste del país y luego Presidente de Latinos para Bush en California, o Gadi Vasquez de Orange County, director de US Peace Corps.

“Cuando regresen a California, serán nuevamente los líderes latinos republicanos”, dice Marín a La Opinión.

Además, Mario Rodríguez, un empresario que reemplazó a Marín en la secretaría partidaria, y además preside la Latino Coalition Foundation, es hoy el vicepresidente del partido estatal.

Pero la lista es pequeña comparada con la participación de latinos dentro del partido Demócrata. Con la excepción de Rodríguez, no hay funcionarios electos del partido que sean hispanos. Y cuando Rod Pacheco llegó a la Asamblea de California en 1996 por el partido republicano, era el primer latino electo desde 1881.

Actualmente en la Legislatura, hay tres hispanos republicanos: los asambleístas Bonnie García de Cathedral City, Bob Pacheco de City of Industry y Abel Maldonado de San Luis Obispo, recientemente electo senador estatal. No hay otros senadores latinos (de 15 republicanos) ni congresistas latinos (de 20 republicanos) del estado.

En comparación, los demócratas tienen siete congresistas (de 33 demócratas) nueve senadores (de 25 demócratas) y 14 asambleístas (de 48) en su grupo latino.

Otro dirigente respetado es el Dr. Tirso del Junco, un cubanoamericano que ejerció por dos veces la presidencia del partido, el primer no blanco en hacerlo a nivel nacional.

El GOP de California, abriéndose ante los hispanos, conserva un carácter pro empresarial y conservador en materia social y económica, y una posición contraria a la inmigración indocumentada.

Al respecto, en su plataforma partidista, dice “En justicia a [los inmigrantes legales], oponemos la ola de inmigración ilegal y apoyamos los esfuerzos federales para detenerla. Apoyamos la entrega de fondos federales a California para el pago de programas de inmigración ordenados por el gobierno federal y [apoyamos] que se dé fin a los requerimientos legales de dar asistencia no de emergencia a los inmigrantes ilegales”.

Rosario Marín explica que el molde de la plataforma estatal es la nacional. Además, enfatiza el carácter conservador del votante latino: “El 40% de ellos votaron a favor de la Proposición 187. Es que estamos hablando de aquellos latinos que votan, no de los muchos que no pueden votar, porque son indocumentados”.

Marín menciona la actual iniciativa de traer a votación popular una proposición que prohiba otorgar licencias de manejar a indocumentados. “Según sondeos, el 50% del votante latino va a apoyarlo, así como el 70% de todos los votantes”.

Más que organizarse en un grupo separado del resto, los latinos republicanos tienden a formar parte del conjunto proselitista.

Muchos forman parte del grupo moderado dentro de la agrupación, y no de los más conservadores. “Parte del problema es la percepción creada por los medios de quienes son los republicanos, usan al congresista [antiinmigrante] Tom Tancredo de Colorado como ejemplo”, dice Luis Vega, “pero él no representa a los republicanos urbanos latinos y étnicos”.

“Los republicanos urbanos,” agrega Vega, “creemos en la filosofía de un gobierno pequeño, en una defensa nacional fuerte. Y también en la diversidad de la orientación cultural, de la orientación sexual”. Vega cree que los resultados electorales “cambiarán al Partido Republicano de California, porque con estos resultados exigiremos cambios internos”.

Las razones

¿Por qué subió el voto latino republicano? Aquí, los protagonistas presentan una variedad de razones.

“Los latinos se han hecho más astutos políticamente, no pueden ser sobreentendidos por nadie”, postula el asambleísta Bob Pacheco a La Opinión. “Les importa lo que es mejor para el país o el estado y no para un grupo solamente.”

Según Marín, “este cambio se empezó a notar desde el voto de destitución de Gray Davis [noviembre 2003]. Un 42% del voto latino se volcó entonces para los republicanos, incluso con Cruz Bustamante, [el vicegobernador latino], como candidato demócrata”.

“Ademas, aunque no ganaron, hubo muchos latinos como candidatos en contiendas locales”.

Otros recuerdan que de hecho, los latinos que emigran a Estados Unidos no llegan con ideas progresistas.

“Tratamos de calificar a los latinos de liberales, pero hay una corriente conservadora en la comunidad”, opina Nativo López, presidente de la Asociación Política México Americana. “El latino no nació siendo demócrata, especialmente la gente que viene de areas rurales, de sectores más conservadores, más religiosos, que afirman más los valores familiares de Iglesia, familia, valores sociales, morales”, explica a este rotativo.

Para López -también director de Hermandad Mexicana Latinoamericana – influyó en el flujo de votos latinos a los republicanos el que Bush haya mostrado “respeto hacia México y su presidente” y la penetración de las iglesias evangélicas conservadoras en la población mexicana”.

¿Se debe el crecimiento del voto republicano a la atracción de estrella de cine del gobernador? “Eso tuvo algo que ver, pero más que nada, Bush le cae bien al latino, él trabajo mucho para conseguir su simpatia”, afirma el analista Bendixen.

Otros enfatizan el papel de los “valores” -eufemismo usado para designar ideas tales como la oposición al derecho de la mujer al aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y el papel de la religión en la vida nacional- para atraer a votantes latinos.

“El partido a nivel latino comunicó sus valores tradicionales y redujo el énfasis en conceptos de lenguaje o raza”, dijo Vega. “Al demócrata lo vieron como un partido que promueve cambios radicales, no los valores que conocemos”. Por otra parte, el ex candidato, quien en estos días se alista para servicio militar de un año en Medio Oriente, recalca que “me ofende que

digan que los republicanos somos fanáticos religiosos”.

Según David Padilla, un voluntario que preside el partido Republicano en Orange, la estrategia usada por el partido republicano para ganar los votos de los latinos fue inaugurada en 1994 por Bush en Texas, cuando enfatizó el tema de la educación y los nombramientos de latinos en posiciones visibles en la administración.

En cuanto a los temas de campaña, mientras que para los demócratas cuestiones como la inmigración están a la cabeza, según Pacheco “no todos los latinos apoyan a los indocumentados”. Es más, “para los votantes latinos la cuestión de la inmigración está al final de la lista de prioridades. Les importa más temas como empleos, educación, salud y economía”.

Clarisa Martínez de Castro, de NCLR, concuerda en que en estos comicios no se votó por los temas que siguen siendo prioritarios para la comunidad hispana. Así, “que se mejore el sistema educativo, la economía, mejores trabajos”, “no formaron parte de la discusión. Los votantes se basaron en lo que se estaba discutiendo: la guerra contra el terrorismo, las

características personales de los candidatos”.

¿Otro estado rojo?

Entonces, con la ayuda de los latinos y la mayoría de los blancos que ya hoy les da su voto, ¿será California otro estado rojo?

Duf Sundheim, presidente del CRP, es optimista: “Por primera vez en una elección presidencial desde 1984, los republicanos mantuvimos nuestros escaños en la Legislatura. Estamos a mitad de camino hacia 2006 y con un gobernador republicano”, dice en el sitio de internet de la agrupación.

Sergio Bendixen se interroga si la tendencia de fortalecimiento republicano “que comenzó en el 2000 con la eleccion de Bush. Continuará en 2006, con los comicios para gobernador y senador”.

Si así fuera, California podría una vez más pasar de manos. En este momento, el voto de las minorías -latinos, afroamericanos y asiáticos- contrarresta el que una mayoría de blancos del estado -el 52%- apoye a los republicanos

“Lo que mas pesa es el latino; el afroamericano no es suficiente y el asiático está muy dividido”, detalla Bendixen. “El futuro del partido democrata en California está en manos de los hispanos y si [los demócratas] no pueden mantener un margen de por lo menos 70%, el estado va a estar en disputa”.

Para que los republicanos ganen en California, dice Bendixen, “el numero magico es el 40% de los latinos”.

Para conseguir esta cifra, dice Mario Rodríguez, el vicepresidente del CRP, “lo que debemos hacer es hablar de lo que es importante para los latinos, como el no al matrimonio de gays, el aborto con el visto bueno de los padres”.

Pero si quiere ser el partido representativo de los latinos, el republicano enfrenta una serie de problemas, desde su oposición a la inmigración indocumentada hasta el hecho de que muchos de “sus” latinos hablan solamente

inglés.

“En el partido republicano de California, hay muchos latinos pero no hablan español”, dice Vega refiriéndose al papel que cumplió en el proselitismo en español. “Necesitaban personas que pudieran articular dentro del contexto cultural nuestro punto de vista que no es racial, sino diferente”, afirma.

Gradualmente, el partido aumenta el caudal de sus publicaciones bilingues y en español. “Por primera vez se liberaron fondos del partido estatal para establecer una relación con medios escritos en español y comprar publicidad institucional con mensajes conservadores, con la imagen de Schwarzenegger”, detalla Vega.

“Vamos a llevar la información a la comunidad latina en su lenguaje. Mucho radio y TV. Vamos a mostrar a los latinos que queremos que sean parte del partido”, promete Rodríguez. “Va a haber un ejército de latinos republicanos”.