La gripe porcina en California: un cronograma

En abril, se detectaron los primeros casos de la fiebre porcina en California. Fueron siete, pocos, pero los primeros en mostrar una nueva variante, que contenia dos cepas de gripe aviar y una de la gripe humana, ademas de la porcina. El engendro, que tambien se encontro en Texas, se conoció luego con las siglas H1N1. Cuatro fueron en el condado de San Diego, tres en el Imperial.

Así se notificó en ese entonces el hallazgo:

Cinco días después, Arnold Schwarzenegger, el gobernador de California habló del tema en una conferencia de prensa, como una enfermedad traida, o iniciada, en México, donde hasta ese momento se habían anunciado 110. Al márgen de la veracidad científica del hecho, el dato sirvió para azuzar tensiones ya existentes y acusaciones del peor tipo contra los inmigrantes indocumentados. Básicamente, se expandió la idea de que todo lo relacionado con “los ilegales” es pernicioso y conspiratorio. Vinieron a enfermarnos, a quitarnos los empleos… muy parecido a la acusación contra los judíos de que vinieron a envenenar los pozos de agua.

En la ocasión Schwarzenegger afirmó que “estamos preparados”. Evidentemente, nadie lo estaba, ni lo está hoy, cinco meses después, cuando el número de nuevos casos se cuentan por miles cada semana. La vacuna, si bien desarrollada, ha sido probada solamente en 600 niños, una fracción de lo que debería haber sido. Peor, hasta el día de la fecha, 29 de septiembre, no ha llegado, y los primeros envíos se calculan para el 5 ó 6 de octubre. Muy tarde para millones de niños que iniciaron el año lectivo en jardines de infantes, escuelas del ciclo “K to 12″ hasta el fin de la secundaria y hasta campus universitarios. Los primeros envíos son destinados al ejército, que ha dado la orden de inocular a 1.4 millones de soldados, y para los empleados públicos del estado de Nueva York, que se hallan a la sazón manifestándose contra la directiva y declarando que no quieren vacunarse.

Pero en esos días no había nada. Se sabía muy poco sobre la enfermedad y se tenía un sólo arma contra ella, llamada comercialmente Tamiflu. El remedio cura la enfermedad en el 31% de los casos. ?? Sumas varias veces millonarias comenzaron a movilizarse en cada estado, cada condado, cada ciudad. Era una enfermedad nueva y los encargados tenían la oportunidad de lucirse con un despliegue veloz. Con la perspectiva del tiempo transcurrido repito el sentimiento que ojalá hubiesen tenido la misma celeridad y eficiencia en el combate a males ya archiconocidos y mucho, mucho más letales, empezando por la gripe o influenza común.

En los primeros días, que eran los últimos del año lectivo, la incertidumbre y el escepticismo se mezclaron con el agudo temor por lo desconocido. Se cerraron escuelas y enviaron niños a sus casas, también en el condado de Los Angeles. ¿Qué harían los niños en casa? ¿Quién los cuida?

Rápidamente, volvamos a nuestros días. Como dice la canción, “ya se fue el verano, ya llegó el invierno”, o casi. Terminaron las vacaciones, los niños y ya no tanto volvieron a clases. Una semana después, casi en secreto, sin números, sin difusión, sin pánico ya, sin cerrar escuelas, centenares o miles de jóvenes han enfermado de la gripe porcina. El pánico no es necesario ni positivo. Total, que se sabe muchísimo más sobre este virus: que es muchas veces menos virulento que la gripe regular, pero que ataca a jóvenes, que comienza de manera dramática, que asusta. En otros estados, muchos hospitales están abriendo tiendas fuera de la sala de emergencia para que los posibles diagnosticados con gripe A no contaminen a los otros enfermos, especialmente los que tienen condiciones delicadas y sus vidas podrían peligrar.