La carta del señor ministro y los hondureños en Los Angeles

Desde el golpe militar en Honduras del 25 de junio, los hondureños en Los Angeles se han politizado. Muchos de ellos hasta ahora eran meros observadores desde la distancia de lo que ocurre en su país. Si podían, iban de visita y expresaban sus añoranzas. Como todos nosotros, eran inmigrantes a Estados Unidos preocupados por la superviviencia, el progreso y la inserción en este, su nuevo país.

El golpe cambió la situación, y para muchos de ellos ha sido una llamada de atención. Algunos, como lo documentamos repetidamente en La Opinión, expresaron sus pareceres frente al consulado de Honduras en Los Angeles, donde una cónsul se abstenía de declaraciones comprometedoras. Entre los manifestantes había quien apoyaba al nuevo régimen emplazado por las bayonetas y vitoreaba al presidente de facto Micheletti. Otros, en cambio, mostraban sus caras repudiando -junto con la OEA, Naciones Unidas, el gobierno de Estados Unidos y, si no me equivoco, el resto del mundo- la destitución de Zelaya.

Entre estos últimos, un sentimiento prevalente ha sido la indignación y la verguenza. Indignación por la libertad de expresión coartada. Verguenza por tener miedo, por temer comprometerse, por la incertidumbre, y por la condición de paria que la acción militar impuso a su propia patria.

Por eso, publico aquí esta carta que éstos me hicieron llegar y que envió el ministro de Defensa Edmundo Orellana  al Presidente del Congreso, pero cuyo contenido no fue publicado en Honduras. Algo totalmente creible, porque busco en los medios de comunicación electrónicos hondureños y lo que veo es una abundancia de información sobre el apoyo al nuevo régimen, alusiones a los “vándalos” que destruyen propiedad llenando las paredes de eslogans de protesta, informes sobre supuestos actos criminales que se le descubren a ministros y personeros del antiguo gobierno, pero nada sobre las protestas y manifestaciones reales que grupos de valientes organizan allí mismo. No he hallado publicaciones balanceadas, sino la manipulación de la información con el objetivo de propagar la ignorancia y la indiferencia.

Como aclaración, Orellana había ya renunciado al puesto de ministro de Defensa porque se oponía a que se celebre la encuesta decidida por Zelaya.

Esta es la explicación a la carta proporcionada por el hijo del ex ministro, Ricardo Orellana

Estimados todos, Adjunto les envio la carta que fue enviada al congreso el Abogado Edmundo Orellana, exministro de defensa y diputado electo democráticamente en la república libre de Honduras, mi padre.

Esta carta ha sido enviado a otros medios de comunicación en nuestro país sin embargo no ha sido publicada todavía esperamos esta sea publicada fielmente y con objetividad.

Actualmente en Honduras, según algunos medios de comunicación, no tendremos más derechos de: manifestación, inviolabilidad del domicilio, asociación, garantías en la detención y libertad de movimientos por el país.

El presidente fue exiliado al igual que la canciller violandole los derechos que según los militares querían defender para el resto. Estas medidas al parecer son aceptadas por el comisionado de derechos humanos.

Esta opinión emitida por un ciudadano es compartida por varios que no pueden expresarse libremente.

Ricardo Ernesto Orellana Rodas

Aquí, entonces, está la carta, seguida por una líneas sobre su autor, enviadas por la misma fuente.

Edmundo Orellana es Catedrático Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en la carrera de Derecho y escritor de varios libros de las Ciencias Jurídicas, envío esta Carta al Congreso Nacional, ante las órdenes de reincorporarse al mismo, luego de su renuncia a la Secretaría de Estado en el Despacho de Defensa; donde explica su negativa a reincorporarse al Congreso Nacional, mientras ese Poder del Estado no rectifique su error, que entraña ilegalidad.

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