Hoja blanca
Estás dentro de mí, constante curvilínea
alada consciente, blanca
metamorfosis de un ala, paradoja
de quienes quisimos ser, concepto de mi palabra.
Estoy dentro de ti
carnoso, grueso, ahogado
en nuestra savia
descanso,
descanso.
Estás dentro de mí
como el aroma que perdura
después de abarcarme
tus rezos interminables de ternura
dedos paridos virginales húmedos
resbalan por mi craneo,
me ahogan en su historia de batallas.
Estoy dentro de ti
reciente, pleno,
jadeando en la semipenumbra
los miembros extendidos en cruz.
Giramos alrededor de mi cabeza
giramos alrededor de mi religión que visto
como las escamas ya disueltas
de un pescado
de nuestras muertes consabidas.
Firmo la hoja blanca.
Nadie canta. Nadie besa.
¿Y tú?
Con tu esqueleto de pájaro mojado
pegado a mi ventana
guarnecida,
involucrada dentro de esa misma
osamenta de ave líquida
adhieres tus mínimos labios mínimos
a la causa de la partida
y con mi letra de loco mi dedo dibuja
la señal de despedida
y desempaña el cristal.
Y una estrella de juguete
y un batallón de hombres tristes
nos escoltan en nuestra caída.