Barack Obama, ¿el primer presidente latino de Estados Unidos?

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Publicado en Huffington Post Voces el 6 de septiembre de 2012

El miércoles, segundo día de la convención demócrata en Charlotte, North Carolina, el discurso del expresidente Bill Clinton dejó extasiados a los casi 20,000 presentes y a millones de televidentes. Especialmente a los ya declarados demócratas y quienes simpatizaban con su causa.

Pero en el público, en las calles, hubo quienes se emocionaron más con las palabras de Clinton, con su retórica, quienes le siguieron embelesados y entre lágrimas de gozo y miradas de aprobación y admiración.

La cámara los encontró y nos regaló su emoción.

Eran aquellos para quienes Bill Clinton era uno de ellos.

Los afroamericanos.

Para muchos de los negros de Estados Unidos Clinton fue el primer presidente negro. Tantas fueron las iniciativas que en su favor legisló y ejecutó. Tantas fueron las demostraciones de solidaridad e identificación.

Hasta las escenas de Clinton interpretando un blues del sur profundo en su saxofón, hasta su acento de Arkansas, hasta su simpatía y carisma. Todo le ganaron el cariño de la comunidad, que se manifestó con el mayor de los honores: lo hicieron uno de ellos.

Para ellos, nuevamente, Bill Clinton, no Barack Obama, fue el primer presidente negro de Estados Unidos.

De paso, recordemos que en los primeros días de la campaña presidencial de Obama en 2008, cuando la consideraban una distracción innecesaria en el camino meteórico de Hillary Clinton – esposa de Bill – a la presidencia, no veían al joven senador de Illinois como afroamericano, sino que se remitían a sus raíces africanas y blancas. Esa sensación de extrañeza prevaleció y solamente desapareció después de que Obama ganó la nominación de su partido a la presidencia.

¿A qué viene esta observación?

Este jueves, el Presidente Barack Obama pronuncia su discurso de aceptación de la candidatura para su reelección en la convención republicana.

Y aunque perdiese los comicios del 6 de noviembre próximo, estará en el poder al menos hasta el 20 de enero de 2013.

En la convención se acentuaron los temas latinos. Ochocientos de los delegados son hispanos. Numerosos oradores lo fueron, representando lo mejor de esta comunidad en todo Estados Unidos.

Y los latinos están a la espera de Obama.

¿Qué será el presidente para los latinos en el tiempo que le queda gobernar – sea unos meses o más de cuatro años?

¿Continuará la senda que inició el 15 de junio cuando anunció Acción Diferida, el programa de dos años de duración que suspende las deportaciones de más de un millón de jóvenes? ¿Llevará a la aprobación del DREAM Act? ¿Impulsará una reforma migratoria que permita a millones de inmigrantes salir de las sombras y optar por un futuro como estadounidenses?

¿O, simplemente, seguirá siendo el Obama de su primer término, el del récord de deportaciones, el que incumplió su promesa de promover la reforma migratoria en su primer año de gobierno?

Si hace lo primero, Barack Obama habrá efectuado un cambio profundo, histórico, en la relación de Estados Unidos con los latinos del país y de todo el mundo. Los habrá aceptado incondicionalmente a la nación. Mostrará solidaridad e identificación. Y llevará a los delegados, y a millones de latinos de todo el país, a las lágrimas.

Porque en ese momento verán en Obama uno de ellos.

Verán a Barack Obama, el primer presidente latino de Estados Unidos.